martes, 29 de septiembre de 2009

EL EJEMPLO DE ISRAEL


Vivimos un momento dominado por la mayor crisis económica y financiera en la que se ha dado luz verde al discurso que continuamente gira en torno a la búsqueda de una nueva Europa social: se aúnan los esfuerzos por luchar contra el cambio climático y otros desafíos de abastecimiento y seguridad energética, paliar los efectos del envejecimiento de la población, así como las consecuencias de la crisis en el empleo y la inmigración.

Pero a la vez vivimos una Europa que además consiente los azotes continuos de actuaciones ilegales, ambiciosas, egoístas y denigrantes de nuestros mayores representantes políticos y líderes mediáticos. Portadora de un estandarte de pasividad cómplice que no ha sabido frenar los impulsos del mal uso del poder. Poco a poco estamos viendo pasar algunos de estos personajes por el aro de la justicia, pero no es suficiente.

En este sentido, podemos decir que en esta ocasión, es Israel quien ha dado buena muestra de ello. Es el ejemplo del ex primer ministro del gobierno israelí, Ehud Olmert, del partido centrista Kadima, que se vio obligado a dimitir en septiembre de 2008 y ha comparecido por primera vez ante la justicia el pasado viernes 25 de septiembre, donde tendrá que demostrar su inocencia ante los delitos que se le imputan: "corrupción agravada", "fraude y abuso de confianza", "falsificación de escritura" y "ocultación de ganancias fraudulentas".

Tan solo por el cargo de fraude podría ser sentenciado hasta 5 años. Sin embargo, el juicio ya ha sido aplazado a febrero con lo que no podemos asegurar si será condenado realmente, ni a cuántos años podrá ser sentenciado, pero lo que si podemos decir es que Ehud Olmert pasará a la historia como el primer ministro más bélico del último cuarto de siglo XX.

Israel vive una auténtica situación dicotómica. Sigue manteniendo la barrera que ha de alcanzar los 720 kilómetros de extensión y que pretende separar Israel de los Territorios palestinos ocupados, a la par que mantiene una vibrante democracia en Oriente Medio donde, por primera vez en la historia de este país, un ex primer ministro se encuentra ante la justicia. Durante el mandato de Ehud Olmert se sucedieron la terrible Segunda Guerra del Líbano y la Operación Plomo Fundido. Huelga decir que los cargos no se le imputan a su intervención como primer ministro, sino que se le acusa de prácticas corruptas durante sus años como alcalde de Jerusalén y ministro de Comercio e Industria.

No podemos olvidar que Israel no reconoce, al igual que EEUU y otras potencias, la jurisdicción de la Corte Penal Internacional, pero en este sentido está resultando ser todo un ejemplo a seguir: sentar en el banquillo a uno de sus propios ex dirigentes es todo un hito en su historia. Ya nos gustaría ver caso parecido en nuestro sistema democrático, donde los políticos corruptos quedan indemnes ante la aplicación de la justicia.

En la siguiente tabla mundial pueden verse los índices de percepción de corrupción de casi 200 países. Pasen y vean, los primeros puestos son realmente cercanos:

http://www.transparency.org/news_room/in_focus/2008/cpi2008/cpi_2008_table


Cristina Gómez Dubois