miércoles, 14 de octubre de 2009

Hablando de Seguridad

Hay cosas que la seguridad no puede garantizar porque no está hecha para ello. Y, en verdad, todo depende un poco de la palabra misma. Aunque las palabras sean sólo cosas y no tengan ningún poder (por mucho que se empeñen en esa lucha los de lo “políticamente correcto”) es la definición o la comprensión misma de la palabra lo que limita o amplia su poder, es decir, son las personas que les dan significado e intención las que le dan el poder cuando dicen: “desarrollo”, “seguridad”, “paz” o incluso “negro” o “moro”.

Pero lo que hoy nos ocupa y preocupa es la palabra seguridad y los ejemplos que vemos de su utilización improductiva. La antigua palabra seguridad sólo sirve hoy, como dicen los mexicanos, para dos cosas: para nada y para la pura chingada. Y para que no nos perdamos en el discurso, les voy a poner dos ejemplos y luego volvemos a las derivaciones y elucubraciones hijas del mundo de la opinión, la hipótesis y la deconstrucción.

Primero: la lucha contra el narcotráfico en México. Mientras escuchamos que más y más policías y narcos son arrestados en el país norteamericano, los muertos, los atropellos jurídicos y la inseguridad crecen. Una de las causas (nunca un problema complejo tiene una solución sencilla, por mucho que quiera la “navaja de Occam” ): la propia herramienta del sistema de seguridad, el ejército. Aunque muchos aplaudieran la iniciativa de Calderón de sacar ese ejército de los cuarteles y de las fronteras con Chiapas, para implantar un nuevo cuerpo, fiable y sin contacto con los narcos, el resultado final de esa guerra contra las drogas es que la inexperiencia y las propias dinámicas internas del uso de la fuerza se están volviendo contra ellos. El propio Fox, reconoció en Agosto que el ejército debiera volver a los cuarteles, el nuevo proyecto de doña Benita Ferrero-Waldner es llevar un grupo de expertos a México para la reforma del sector de la seguridad (SSR en sus siglas en inglés) y no hablemos de la pobre indígena detenida en 2006, Jacinta Francisco Marcial, por y para personas que no son policías preparados, y que gracias a la labor internacional de Amnistía fue liberada en Agosto de este año. Todo esto creo que son buenos ejemplos de que la metodología implementada no ha cumplido el objetivo de garantizar la seguridad de la población.

Segundo: Israel contra Hamas. El gasto militar de Israel asciende al 7,3% de su PIB, el uso de los tanques mejores preparados para Oriente medio, las armas más inteligentes o las mayores armas de destrucción psicológica (cortes de luz, bloqueo/estrangulación económica, bombardeos indiscriminados) no han acabado con Hamas, y la población; mientras que la población y sus políticos siguen viviendo en una paranoia continua de inseguridad. Aunque se puedan poner muchos más ejemplos no creo que haga falta decir que la propia guerra primero contra la OLP y luego contra Hamas está acabando con la propia Israel. Aquí podríamos poner algún ejemplo de la lucha contra el terrorismo de nuestro afamado Bush hijo, pero creo que el discurso ya está lo suficientemente manido.

Tercero y último: ¿alguien ha llegado a creerse alguna vez que unas fragatas en Gibraltar o un muro que atraviese todo el desierto fronterizo entre EEUU y México puede acabar realmente con la inmigración?.

Como puede comprobarse no se ha debatido en ningún momento sobre los objetivos, sólo los métodos. Y es que aquí está la gracia del discurso, y donde se debe atacar cuando nos enfrentamos en debates ideológicos (hacer cambiar de opinión o ideología es proselitismo y eso ya lleva intentándolo la Iglesia desde hace mucho), en el método.

Aquí es donde algunos listos, principalmente norteños (noruegos y suecos) han empezado a hablar de lo que se conoce como Seguridad Humana. La seguridad humana podría ser un pleonasmo, pero por eso mismo se convierte en crítica: la seguridad nunca ha estado centrada en la población sino en la defensa de los intereses y del propio Estado. Y es por eso mismo que entra en contradicción.

Por ello surge esta teoría de la seguridad humana, donde, aunque parezca muy simple, la seguridad se centra en el ser humano, como debe de ser. Es más, para que se compruebe la sencillez del asunto, todo surgió con un informe del PNUD en 1994 que rezaba que no puede haber seguridad sin desarrollo ni desarrollo sin seguridad (el informe recogía muchos datos del maravilloso grupo que ha tenido la ONU en Colombia). Parece que todo el párrafo dice cosas que son en botella y blancas, pero es que la dura realidad y la crítica es esa, que ni la segunda guerra mundial ni ninguna de las guerras ha “protegido a nadie”. Y que Carl Von Clausewitz, famoso autor de “De la Guerra”, ha muerto.

La pobre seguridad humana está comenzando y como todo nacimiento es bastante duro. Todo esto no quita que tengamos que alabar que el Programa de Ayuda Especial (PAE) al Líbano sea la primera misión española íntegramente pensada bajo la “ideología” de la seguridad humana (aunque luego haya críticas): responsabilidad de proteger, auspiciada bajo un mandato de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con un componente militar para sus labores específicas de vigilancia y desminado, apoyado por un programa de cooperación al desarrollo y una labor de construcción del Estado (la más difícil y a la que a Moratinos le ha costado más críticas por reunirse con miembros de Hezbollah). Aunque pueda tener todas las críticas que el PP o cualquiera quiera, es más una cuestión de implementación que de planteamiento.

Y al final toda esta parrafada empieza a cobrar algo de forma: la(s) mision(es) en Afganistán, un sitio donde luchan estos dos diferentes conceptos de seguridad pero donde, como todos quieres utilizar las mismas palabras bonitas, todo deja de perder su significado. Y es que en Afganistán hay tres misiones y no una:

La misión de la ONU UNAMA de asistencia, con programas de desarrollo llevados por el PNUD, asistencia a los refugiados (ACNUR) y demases.

La misión de la UE EUPOL de preparación de las fuerzas de seguridad afganas, para que ellos se puedan llegar a proteger así mismos.

Y la famosa ISAF International Security Asisstance Force (toma ya). Una fuerza de la OTAN con carácter ofensivo para acabar con el terrorismo (y atención que digo ofensivo para criticar que ellos se consideran una organización defensiva). Vamos a ver. La OTAN es una organización basada en los principios más realistas (la escuela, no me refiero a la realidad) de las Relaciones Internacionales de la Guerra Fría, utilizada para combatir una ideología/metodología, el terrorismo, a base de cazas, tanquetas y bonbardeos.

Por mucho que se quiera implantar un mínimo de planteamiento de seguridad humana en la región por parte de la UE y la ONU, esa misión de la OTAN ya ha arruinado a base de muertos afganos, inseguridad y falta de desarrollo y de cumplimiento de la palabra cualquier éxito futuro. Creo que de esto es un buen reflejo las propias palabras de un talibán en Afganistán que salió de las entrevistas de David Berian de El País:

"Cuando llegué a Herat, yo no era bienvenido. El 85% de la gente apoyaba al Gobierno y a los extranjeros. Tenían fe en ellos, en su promesa de reconstrucción, de seguridad, de respeto hacia nuestra cultura. Poco a poco se dieron cuenta de que no era así. Empezaron a matar a inocentes con sus bombardeos y a promover el cristianismo. No ha habido reconstrucción y no hay seguridad. La gente no puede andar por los caminos sin que le roben. Ahora el 85% de la gente nos apoya a nosotros".

Si a alguien no le ha quedado claro lo que he dicho, que escuche la entrevista a Carme Chacón en TVE el 12 de Octubre. Aquí un extracto de El País:

La ministra de Defensa, Carme Chacón, ha afirmado este lunes que la situación en Afganistán ha llegado a un "punto de inflexión" que requiere "no sólo una solución militar, sino también política y social".(...) Para Chacón, la misión en Afganistán tiene un objetivo "claro", y es que los afganos "puedan hacerse, cuanto antes, los dueños de su propio país y puedan administrar las riendas de su destino y de su seguridad".

Espero que te hagan caso no sólo en España sino en otras organizaciones internacionales donde los países socialistas son minoría.

Alejandro Hurtado de Ory

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